El antiguo rito de la procesión del patriarca a lomos de un burro se celebraba en Moscú durante la fiesta de conmemoración de la Entrada de Jesús a Jerusalén. Sin embargo, el burro se sustituía por un caballo disfrazado de asno que era conducido por el zar, quien iba delante a pie tirando de las riendas. La procesión, cuyo punto de partida era la catedral de la Dormición, salía por la puerta Spasskie a la Plaza Roja y seguía avanzando hacia un altar lateral de la catedral de San Basilio. En el cuadro de Schwartz se representa el solemne regreso de la procesión al Kremlin. Detrás de los rangos inferiores iba el clero con los iconos, los secretarios consejeros, los okólnichie (personas del círculo íntimo del soberano) y el zar con un suntuoso atuendo real, sostenido por boyardos. Ante él, los camarlengos portaban los símbolos del poder. Detrás del patriarca, que bendecía al pueblo con la cruz, iba el clero. Para pintar este cuadro, Vasili Schwartz estudió a conciencia la arquitectura de Moscú y los objetos de la vida cotidiana de la antigua Rusia que se conservaban en la Armería.